El engaño del encubrimiento.

Desde los primeros relatos de la humanidad, el ser humano ha intentado ocultar sus errores. Esta tendencia no es nueva, sino una respuesta instintiva al miedo, la vergüenza y la culpa. Encubrir parece una solución rápida, una forma de evitar consecuencias, pero en realidad es una trampa que nos aleja de la verdad. Lo que se oculta no desaparece, solo se profundiza. El alma comienza a cargar un peso que no fue diseñada para llevar. Tu amigo Israel Meza, que Dios te bendiga siempre y recibe un fuerte abrazo.